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La energía solar y eólica fueron las más baratas de producir en 2018

Ha venido sucediendo en todo el mundo y es una tendencia que se mantiene. Las energías renovables van ganando terreno por su bajo coste y la mayor concienciación social respecto al medio ambiente. Así, en la última década estas fuentes de energía han ido ganando terreno a las que proceden de combustibles fósiles.

En el 2017 era oficial: la energía solar se había convertido en la más barata en buena parte del planeta.

Actualmente, podemos ver cómo es común la instalación de paneles fotovoltaicos en cada vez más lugares, lo que indica un positivo panorama para las energías renovables.

Energía solar: la más barata en 60 países.

Estudios de referencia han determinado que ya para 2017 la energía solar se había convertido en la menos costosa de producir en alrededor de 60 países.

En este mismo período la energía eólica onshore (terrestre) lideró junto a la solar como las más económicas de producir. Un panorama similar al de 2018, donde ambas fuentes de energía continuaron su reinado como las más baratas de producir.

Investigaciones de organismos autorizados como la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) institución intergubernamental que promueve la energía renovable, observan que las energías solar y eólica tienen realmente un muy bajo coste productivo.

La energía eólica ha descendido de los 0,40 dólares por kilovatio hora, a unos sorprendentes 0,06 dólares. Mientras tanto, la solar se afianzó durante 2018 en 0,08 por kilovatio hora en casi sesenta países.

Industria fotovoltaica.

En los últimos años se ha registrado un notable descenso en los costes de producción de los paneles fotovoltaicos. Con este abaratamiento los proyectos de plantas solares han disminuido sus precios en un 68% desde el año 2010.

Bajo coste de producción.

Los paneles fotovoltaicos han demostrado su gran rentabilidad, por este motivo la mayoría de iniciativas que envuelven la energía solar suelen tener buena acogida.

De este modo las energías renovables se han convertido en una fuente de competencia, alcanzando a otras fuentes energéticas tradicionales.

Según investigaciones de IRENA, a finales de 2017 se generaban más de 2.179 gigavatios de potencia a nivel mundial, un 8,3% más que en 2016. De ese total, un 85% provino de la energía solar y eólica.

Esto se traduce en que los hogares iluminados por fuentes renovables alcanzaban un total de 146 millones para aquel período.

Baterías de almacenamiento.

Además, los avances tecnológicos en las baterías de almacenamiento auguran un gran futuro en la producción de energía renovable.

El almacenamiento energético juega un papel primordial en el camino hacia un método sostenible de energía. Sólo con ellas sería posible asegurar un suministro suficiente y regular, pues los niveles de producción varían durante el año.

En este caso también hay buenas noticias, ya que, según reflejan las investigaciones de IRENA, se registrará un descenso de los costes en esta área en los próximos años. Nuevos avances permitirán desarrollar baterías que cuenten con un mayor almacenamiento y vida útil.

De hecho, el importe de las baterías para aplicaciones estacionarias podría reducirse en un 66% desde ahora hasta 2030, lo que impulsaría la instalación de este tipo de dispositivos y desplegaría una gran cantidad de nuevas oportunidades económicas y comerciales en el mundo entero.

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