Energías ecológicas para combatir el cambio climático
Hay un concepto que parece estar empezándose a entender a nivel global: la Tierra, el planeta Tierra, es el único hogar que tenemos los humanos. Es por eso que debemos combatir el cambio climático con energías ecológicas.
De allí que haya un esfuerzo mundial (aún insuficiente, es cierto) por educar a la gente en favor del medioambiente y por generar energías ecológicas que no agoten los recursos naturales, destruyan bosques o contaminen océanos.
La desertificación en algunas zonas de la Tierra es alarmante por cuanto significa tierras perdidas para el cultivo, y por tanto incapaces de generar alimento para los humanos, lo que produce hambrunas y desplazamientos de personas hacia territorios menos dañados.
Por otro lado, estas zonas desertificadas redundan en el deterioro general ya que no hay vegetación ni materia orgánica que promuevan oxígeno o capten CO2 en la atmósfera terrestre, tan necesarios, como sabemos, para la vida humana. Todo esto sin hablar del agua y la contaminación de los mares y ríos.
Entonces, ¿son importantes las energías ecológicas y la visibilidad que se les está dando? La respuesta es sí. No sólo importantes, sino imprescindibles para nuestra supervivencia.
¿Qué se entiende por energías ecológicas?
Son las que se obtienen de fuentes naturales (como el agua, el viento o el sol) y producen energía sin agotarse. Su principal ventaja es que son ilimitadas y tienen un muy bajo impacto o impacto negativo en el medioambiente; por eso también se las considera limpias.
Otra de sus ventajas es que pueden implementarse a nivel local, lo que elimina la dependencia de pequeñas poblaciones a grandes empresas productoras de energía, estimulando la generación de empleo y el desarrollo económico.
Sin embargo, la mayoría de la energía que se consume en el mundo procede de fuentes no renovables, como la nuclear o la de combustibles fósiles (petróleo), y su impacto negativo es altísimo.
Principales energías ecológicas
Energía eólica
Es la que se genera por la acción del viento, se utilizan aerogeneradores para transformar la energía cinética (del movimiento) a energía eléctrica. Es una de las más limpias y la instalación de parques eólicos por todo el mundo supone un gran abaratamiento del coste de electricidad.
Además, es factible proporcionar energía a regiones aisladas sin acceso a la red eléctrica, sencillamente instalando aerogeneradores de un tamaño más reducido.
Energía solar
Es la energía generada aprovechando la radiación solar. Se hace de dos maneras: a través de la producción directa (energía solar fotovoltaica) mediante paneles solares, y de la producción indirecta, que produce calor para calentar agua, cocinar o generar electricidad (energía solar termoeléctrica).
Energía hidráulica
Es la que se produce por la acción de las corrientes de agua, mareas y saltos de agua. Hay dos tipos de energía hidráulica según la manera de obtenerla: la verde, que aprovecha la corriente de los ríos sin frenar su recorrido (el impacto ambiental es muy pequeño), y la que se hace con represas, grandes embalses para la generación de electricidad mediante centrales hidroeléctricas, esa última sí que tiene un alto impacto ambiental.
Estos tres tipos de energías renovables son los más adecuados para frenar el calentamiento global porque suponen la generación de electricidad con un muy bajo impacto ambiental.